Cuando tienes diecisiete o con suerte dieciocho años y ya debes enfrentarte a una de las decisiones más importantes de tu vida, la cosa cambia bastante. Porque hasta entonces la mayoría de decisiones importantes las solían tomar tus padres, pero esto es algo que debes decidir por ti mismo. Estudiar una carrera universitaria suele ser el objetivo de muchos jóvenes, porque saben que esos estudios les traerán un futuro en principio halagüeño, aunque como podemos comprobar una y otra vez en estos tiempos, no hay nada seguro, ni muchísimo menos.
La decisión de estudiar o no una carrera no es la única importante, ya que si nos decidimos por hacerla, debemos pensar también en qué carrera nos vamos a meter. ¿Hemos de elegir aquella que más nos guste, o la que nos de más salidas? ¿Qué hacer si no nos llega la nota para la carrera que queremos? ¿Entramos en otra y luego tratamos de pasarnos a esa en cuanto tengamos ocasión? Son dudas que en estos días asaltan a muchos jóvenes en nuestro país, que deben enfrentare al examen de acceso a la Universidad como último paso para definir su futuro estudiantil.
Recuerda que es tu propia decisión
Nosotros vamos a tratar de ayudarte en lo que podamos con algunos consejos, pero la última palabra es tuya, y eso es lo primero que debes tener en cuenta. Pregunta a los demás, déjate aconsejar, pero la decisión final debe ser tuya, porque eres quien va a estar estudiando esa carrera en los próximos años. No dejes que tus padres, profesores o nadie más decida por ti, porque al fin y al cabo es tu futuro y aunque es cierto que eres una persona joven y todavía te queda mucho que aprender, debes ser consciente de que este tipo de decisiones son importantes en la vida sobre todo si las tomamos nosotros y elegimos así el camino que vamos a seguir.
Conócete a ti mismo
Para saber lo que queremos estudiar y lo que queremos hacer en el futuro es imprescindible conocernos a nosotros mismos, porque de lo contrario no servirá absolutamente de nada cualquier cosa que te podamos decir. Debes aprender a conocerte, a saber lo que te gusta, lo que de verdad te apasiona, y a buscar una forma de conseguir ganarte la vida con eso. También es importante conocer aquello que se te da bien, porque tal vez te apasione la música pero si no tienes muy buen oído o no sabes tocar ningún instrumento, la cosa puede ponerse más complicada de lo debido. Las habilidades también son importantes a la hora de tomar esta decisión.
¿Qué posibilidades tienes?
Debes entender también que hay distintas opciones no solo entre las carreras que te gustan, si no más allá. Lo ideal es escoger aquello que te encanta, que además tienes nota suficiente y que está en tu misma ciudad. Pero tal vez tengas que marcharte a otro sitio para estudiar esa carrera con la nota que tienes. ¿Estás dispuesto a hacerlo? ¿Y si en lugar de estudiar una carrera escoges un ciclo superior, que te daría también acceso a la universidad en un par de años, y mientras estás adelantando trabajo y aprendiendo de la manera más práctica posible?
Baraja entre diferentes propuestas
Está claro que siempre tendremos algo que nos llame más la atención, nuestra carrera ideal, en el sitio ideal, pero es justo decir que a veces las cosas no salen exactamente como queremos y es mejor tener varias posibilidades entre las que elegir, por si acaso. Seguro que hay más de una cosa que te gusta, e incluso alguna que no te gusta tanto pero se te da bastante bien y puede abrirte un camino más directo al trabajo y al empleo. Barajar diferentes opciones no significa que no sepas en qué meterte, sino que siempre vas a tener alguna alternativa de la que tirar si no consigues esa carrera que deseabas desde el primer momento.
Piensa que el sueldo no es lo más importante
Está claro que hay que pensar en el futuro y elegir una carrera que nos pueda dar de comer el día de mañana, pero escoger lo que vas a estudiar solo porque en el futuro puedes acceder a trabajos con muy buen sueldo no suele ser una buena alternativa. Has de tenerlo en cuenta, claro que sí, pero no decidirlo todo por completo a través de ese concepto, porque la vida puede dar muchas vueltas y lo que hoy es un trabajo muy bien pagado el día de mañana puede no existir siquiera. Por eso importará más lo que nos guste que lo que podamos ganar.