Concertar una cita con una prostituta suele ser casi como un ritual que nos lleva a confirmar algo intenso que llevamos tanto tiempo deseando llevar a cabo. Es una oportunidad de ampliar nuestros horizontes de placer, con una profesional que está muy bien preparada para darlo todo con nosotros y mostrarnos la tentación más exquisita y suculenta. Pero hay hombres que intentan llevar a cabo estos servicios de una manera algo egoísta. Y sí, son los clientes, los que pagan por los servicios, pero eso no les da derecho a tratar a las chicas como quieran. Las escorts profesionales son personas ante todo, trabajadoras sexuales que te ofrecen algo a cambio de dinero. Muchos hombres se confunden y piensan que durante ese tiempo ellas deben hacer lo que les venga a ellos en gana, y no es así, ni por asomo.
Se trata de una transacción corriente, como la que llevamos a cabo en un bar o en cualquier tienda. Y seguro que no se nos ocurre tratar mal de entrada al tipo que nos atiende en estos lugares, ¿verdad? El respeto y la educación deben ir por delante siempre que quedemos con una chica, más si es la primera vez. Si nunca antes habíamos estado con una amante profesional y nos decidimos por alguna, debemos tener varias cosas en cuenta. Son consejos que las propias prostitutas nos dan para que el encuentro sea perfecto y no haya ningún problema. Se trata de pasarlo bien, de disfrutar ambos de una experiencia ardiente y cachonda, así que debemos estar preparados para darlo todo. Estas profesionales llevan ya mucho tiempo en este negocio, al menos la mayoría de ellas, y conocen muy bien a los hombres. Por eso pueden permitirse el lujo de darnos consejos para que la pasión fluya de la mejor forma posible en cada encuentro que tengamos, sin que los tabúes nos limiten.
Educación y respeto ante todo
La educación y el respeto son conceptos que deben estar grabados a fuego en nuestra mente, a la hora de relacionarnos con o tras personas. Da igual sin son reyes o prostitutas, da igual si son más ricos o más pobres. Todo el mundo merece el mismo respeto, y también aquellos que nos están dando un servicio por el que hemos pagado. No nos cuesta absolutamente nada hablar con educación, ser caballerosos y respetuosos con las chicas… ¿Significa eso que no podremos disfrutar de los placeres más sucios y prohibidos? Para nada. El sexo es el sexo, y mientras ambos estéis de acuerdo, podrás ser todo lo “malo” que quieras con la chica. Pero siempre sabiendo que es un trabajo y que antes y después, el respeto debe ir por delante en todo momento.
Una higiene adecuada es esencial
La mayoría de escorts hacen hincapié en este consejo. Será porque han tenido desagradables experiencias a lo largo de su trayectoria, y no quieren repetirlas de aquí en adelante. Parece algo bastante obvio, pero hay muchos hombres que no tienen una higiene adecuada ni siquiera cuando van a tener sexo. Es también una consecuencia de esa falta de respeto hacia las chicas, pensando que ellas deben hacernos disfrutar incluso cuando no estemos del todo limpios, porque ellas también van a estar sucias. La higiene de una escort es absolutamente irreprochable, y nosotros debemos estar al mismo nivel, para que el encuentro se lleve a cabo en los mejores términos posibles. La higiene y la limpieza en las zonas erógenas y genitales es de especial importancia en este sentido, para evitar males mayores y problemas imprevistos que no son del gusto de nadie.
El uso de preservativos no es negociable
Hay chicas que permiten a sus clientes quitarse el preservativo para el sexo oral, un servicio que se conoce como francés natural. Esto es algo que deciden las propias escorts, y serán ellas, y solo ellas, las que determinen si debes ponerte condón o no para la felación. Donde no suele haber discusión es en el coito. Si hay penetración, debes llevar un condón puesto, para evitar males mayores. Evidentemente, esto es algo que os protege a los dos, porque las ETS son un problema fácilmente evitable al ponernos un preservativo. Es algo tan sencillo como eso, aportar seguridad al encuentro, porque en polvos casuales es donde más se suelen transmitir este tipo de enfermedades venéreas. Lleva siempre contigo un condón a tu cita con una escort, porque casi siempre los tienen ellas, pero no está de más ser precavidos en este sentido.
No negocies ni el tiempo ni el dinero
Las escorts no quieren regatear sus tarifas, como ningún otro trabajador quiere hacerlo. Han estipulado un pago por unos servicios determinados, en un tiempo que se acuerda antes de dicho servicio. Intentar una rebaja o un aumento del tiempo porque pienses que es demasiado caro o limitado queda muy cutre. Si no te convencen las condiciones que esa escort te pone, acude a otra. Las chicas también necesitan dinero para pagar sus facturas y todo lo demás. Se trata simplemente de conocer sus tarifas, sus servicios, y aceptarlos, o dejarlo pasar. Negociar con estas escorts suele crear una tensión innecesaria, y una situación incómoda antes de algo tan íntimo como una relación sexual. Por eso es mejor tener claro lo que queremos y no ir a conseguir una rebaja, porque además, si el precio es el que es será por algo, ¿no te parece?
Y el pago siempre por adelantado
Las chicas que han trabajado en la calle saben muy bien cómo se las gastan algunos clientes. No son todos, obviamente, pero deben ir prevenidas, porque están ofreciendo un servicio muy íntimo y especial, y merecen ser recompensadas por ello. La mayoría cobra por adelantado, una vez que el cliente está ya con ellas. Puedes pagar en efectivo o con tarjeta, si la chica te lo permite, pero siempre antes de la relación. ¿Es injusto? Nosotros creemos que no. La chica suele estar en cierta “desventaja” contra los clientes si estos se ponen violentos por no querer pagarles un servicio que ya han realizado. Además, estas escorts, si son profesionales de verdad, no van a engañarte jamás. Su reputación depende de lo que los clientes digan sobre ellas, y ninguna quiere quedar como una “estafadora”. Es por eso que siempre piden el dinero por adelantado, por lo que pueda pasar. Es como las tarifas y los servicios, o lo aceptas o no hay trato, y te tienes que buscar a otra.