El ser humano siempre ha sentido debilidad por las historias de ciencia ficción que hablan de viajes temporales. Tener la oportunidad de dar marcha atrás al reloj y tal vez arreglar aquello que hicimos y de lo que estamos arrepentidos, o simplemente coger la máquina del tiempo y viajar al futuro para saber qué es lo que nos depararán los años que están por venir, siempre ha sido un deseo común a casi todos los mortales. Por ahora, el viaje en el tiempo es simplemente un concepto fantástico, aunque se está teorizando mucho sobre poder realizarlo de aquí a pocos años, gracias a diversos descubrimientos en teorías físicas.
Lo cierto es que en los últimos años, los investigadores de la física cuántica han llegado a algunas conclusiones esperanzadoras, que nos hacen imaginar un futuro no muy lejano en el que podamos utilizar esta tecnología. Quién sabe si dentro de no mucho podremos emular a Marty McFly y conocer a nuestro yo del futuro, treinta años más allá, a o nuestros padres cuando eran más jóvenes. Esto, por supuesto, daría lugar también a muchos problemas, conocidos como paradojas, como veremos posteriormente, y es que en esto de los viajes en el tiempo no hay nada sencillo o simple.
Qué es necesario para viajar en el tiempo
El viaje en el tiempo, al menos como lo concebimos actualmente, tendría que desarrollarse a través de un sistema que nos permitiera viajar de forma más rápida que la propia luz. De esa manera, podríamos controlar el salto temporal, hacia adelante o hacía atrás, según nos convenga. Conseguir esto es actualmente imposible, al menos para el ser humano. Se ha estado investigando este tipo de viajes, en cuestión de centésimas de segundo, en pequeños átomos, con resultados sorprendentes, pero todavía queda lejos eso de poder crear la auténtica máquina del tiempo.
Según la teoría de la Relatividad de Einstein, el viaje al futuro se podía realizar siempre que el sujeto viajase a una gran velocidad. Algo parecido ocurre con algunos cosmonautas, que son capaces de viajar al futuro durante una fracción de segundo mientras viajan a más de 27.000 km por hora camino de la estación MIR. Aun así, solo consiguen adelantar una pequeña fracción de tiempo, y en ningún momento tienen control para llegar al punto del futuro que desean. En cuanto al viaje al pasado, todos los expertos apuntarían que es mucho más complicado.
Paradojas de los viajes en el tiempo
Y es que no se trata solo de fabricar una máquina que pueda moverse en el tiempo (y en el espacio, o daría muchos problemas), sino también de las consecuencias que traería aquello. Ese viaje podría romper el continuo espacio tiempo, creando agujeros negros que se tragasen nuestro universo por completo. Incluso cuando todo saliese bien y llegásemos a un punto del futuro o del pasado concretos, podríamos tener problema si nos vemos con nosotros mismos, por ejemplo, o si sufriéramos algún tipo de accidente y no pudiéramos volver, porque estaríamos cambiando el pasado o el futuro.
La paradoja del abuelo es la más conocida, y se refiere a la posibilidad de que alguien viaje en el tiempo y de forma consciente o por accidente, acaba matando a su abuelo antes de que de a luz a su propio padre. Éste, por tanto, no nacería y no podría darle a luz al primer sujeto, por lo que se crearía una situación imposible. Como éste caso hay muchísimos, que hacen pensar a los expertos que al viajar en el tiempo abriríamos una puerta a otro futuro, a otra línea temporal, porque cambiaríamos la línea temporal en la que hemos viajado.
Supuestos viajeros a lo largo de la historia
A pesar de los problemas que generan los viajes en el tiempo, ha habido varios casos a lo largo de la historia que han puesto en duda todas estas teorías, encontrándonos con supuestos viajeros temporales. Uno de los más conocidos es el de John Titor, un supuesto joven que apareció en Canadá en 1940, siendo fotografiado con un atuendo mucho más moderno que el de la época. El vuelo de Goddard, un piloto de la RAF británica en 1935, también fue muy extraño, ya que parecía haber sobrevolado un lugar que estaría destruido cuatro años después, pero haber aterrizado de nuevo en su tiempo. La foto de la mujer con un teléfono móvil en 1938 es otro de esos casos clásicos de supuesto viaje al futuro.
Stephen Hawking y los viajes en el tiempo
Sin lugar a dudas, el físico Stephen Hawking ha sido uno de los científicos más reputados de la historia, consiguiendo revolucionar la ciencia con sus teorías, sobre todo sobre el origen del universo. Pero Hawking también tenía sus propias opiniones sobre el viaje en el tiempo, que eso sí, fueron variando con el tiempo. Dio lugar a tres teorías diferentes, por las cuales supuestamente sí que se podría viajar en el tiempo: un agujero de gusano, un agujero negro y la posibilidad de viajar a la velocidad de la luz. Ninguna de estas tres teorías ha sido comprobada científicamente, al menos por ahora, pero es cierto que en 2009, para demostrar la imposibilidad de estos viajes, Hawking celebró una fiesta a la que invitaba a cualquier viajero temporal a unirse. Por allí no apareció nadie, evidentemente.